Yo me
sucedo en mí cada mañana
con la
misma verdad en las paredes
y recostada
vertical la noche
sueño estrellas
de nieve en el camino
y una
cita en los ojos prematuros
y una
boca de sueños hambreando
la voz
del corazón en duermevela
y una
espiga de luz intermitente
y azul
el fuego beso desprendido
hasta el
pulso quebrado de la tierra.
Y
enseñando a volar a las palomas
heridas
del amor, entre la lluvia,
vuelvo a
la calle como el que volviera
fiebre en
la huella, limpia la mirada.
José
Antonio Valle Alonso
Del
Poemario “El color de la fiebre”.
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