miércoles, 21 de enero de 2015


 CREAR EN SALAMANCA
2015, MIRADAS DE ARTISTAS PARA UN AÑO QUE COMINZA, VÍDEO MONTAJE

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miércoles, 17 de septiembre de 2014

PUBLICIDAD SÍGUENOS EN Twitter Facebook Google + YouTube Open publication - Free publishing BLOGS DE NUESTROS AUTORES mARTES José de Segovia Barrón Mary Poppins: en busca del Padre De par en par Juan Simarro Fernández Palabras bonitas, pero falsas El sol de los ciegos Alfredo Pérez Alencart Homenaje a Tolstói: de cristiano a cristiano Tus ojos abiertos Isabel Pavón Decir sin que parezca Íntimo Yolanda Tamayo La necesaria rutina Con otro ritmo Jaime Fernández Garrido Joao Leite: la fe es descansar en Dios Lausana Un siervo auténtico: rasgos del líder espiritual Orbayu Manuel de León Primeros pasos de los bautistas en España Claves Wenceslao Calvo El Espírito Santo en bancarrota La voz César Vidal Manzanares ¿De qué le sirve al hombre..? Enfoque Juan Antonio Monroy Amor más allá de la muerte CULTURAL BLOGS SOBRE CULTURA 3 J. M. Valle Alonso, o de cómo enseñar el Corazón Subido en una balsa que el oleaje zarandea, mientras él busca la fe que sobrevive. POR EL ÚLTIMO ADÁN AUTOR Alfredo Pérez Alencart 23 DE JUNIO DE 2012 APROXIMACIÓN A CRISTO El ser humano lleva vértigos dentro del cuerpo que contiene el alma. Por ello, aunque por algún tiempo se deje llevar por veleidades, no por siempre es renuente a ir vendando heridas e incorporando primicias de tal rescate espiritual. El poeta no se disfraza de constelación: es Amor constelado, órbita que no permanece dormida, plegaria que comienza en Diciembre hasta que llega a decir: Y la noche atropella las palabras, y he desbocado el corazón del llanto… Son versos del poeta José Antonio Valle Alonso (Villamor de los Escuderos, Zamora, 1950), subido en una balsa que el oleaje zarandea, mientras él busca la fe que sobrevive: se aferra tiernamente al Niño Gran Rey cuando el desasosiego se cierra como un puño o hace cojear su buen camino. Tengo un amor, tengo un sueño, tengo un dolor, una pena, tengo el corazón lastrado, tengo el alma que se aleja y tengo en los ojos, tengo una nube que me ciega. El poeta asume los puñales de la existencia. No ablanda o enmascara sus dudas: hay silencio voraz, perplejidad, impotencia que desnuca, mudo corazón… pero también deseos de zurcir la lejanía. Y lo hace en dos tiempos, en dos etapas de su vida: primero, reconociendo que no está a punto para la llamada; y luego, ya hermanado en el eterno milagro de la inocencia. Leamos este díptico: AL DIOS NIÑO Se está deshojando el día y en el sombrío del alma se me está helando la tarde íntima de las palabras. Hoy, esta vez, yo no puedo llamarte; mi voz escarcha se rompe por las paredes de tu nombre de Ala blanca. -Silencio en el corazón-. He visto a unos ojos niños vacíos que te llamaban, que te llamaban... PARA OLVIDAR LA HERIDA Eclosión de sonrisas verdecidas hilando la mañana de tus manos; esperanza de amor, por amor danos una flor del laurel a nuestras vidas. Un racimo de estrellas descendidas hasta el volcán dormido en los arcanos. Y trocar en palomas los milanos que devoran las almas encendidas. Y hasta al silencio quieto de las cosas reparte tu niñez. Y hasta en las rosas si puede ser aún más, más hermosura para olvidar la herida en el costado, y a cada paso de dolor sumado podamos despertar a la ternura. [imagen GRANDE] Su obra poética marcaba esa dualidad, propia de las camisas de fuerza cotidianas, pero también propias de quien desea liberarse de una montaña de leyes y prejuicios. Por ello su testimonio lírico es veraz: y es que poesía y vida van juntas, sin necesidad de artificios. Veamos algunas perlas o palabras que más se encuentran en esa poesía primera: Alma (“El alma se ha asomado a la ventana.”); sueño (“Sigo, Señor, soñando con un lazo,/ que enlace tanto amor y tan disperso…”); silencio (“Tengo las manos llenas de silencio.”); tristeza (“Y a cuestas, siempre a cuestas la tristeza.”); ausencia (“…tu ausencia escondida entre las sombras.”); espera (“Y estás ayer y siempre, mi Dios, donde te espero.”); Amor (“sembraré un camino de amor por los linderos”); llamado o invocación (“Y han vuelto a mí, todos los vientos locos,/ todos los vientos locos y te llamo.”). Ahora, ya reencontrado en el Amado galileo, no tiene rubor en dejar bien claro el Estatuto de su alianza: “Mi relación con Jesucristo la siento en el Amor de toda la vida en todo. En todo siento su presencia”. Desde la edición de 2006 Valle Alonso participa activamente en el encuentro “Los poetas y Dios”, que organiza la Asociación Cultural Evangélica Eduardo Turral, en el pueblo leonés de Toral de los Guzmanes. Allí hemos mantenido tertulias con otros poetas cristianos, pero también charlas ‘bilaterales’ que tan bien tonifican el espíritu. Ante una pregunta mía, sobre cuándo de cristianismo percibe en el día a día de la sociedad española, José Antonio me dijo: “Pues la verdad, percibo muchas lagunas en la fe a Jesucristo. Nuestra sociedad pasa muy de prisa sin saber por qué caminos ni hacia dónde. Vivimos la ceguera del hombre en la más absoluta desidia. Es una pena”. EXCELENTE POESÍA A DIOS DEDICADA De la vieja Castilla es este escritor al que mucho aprecio, no sólo por esa humildad que lleva la luz adecuada, sino también porque gesta una poesía que eleva las posibilidades del sentimiento. Valle Alonso es un zamorano ya ‘valladolizado’, no sin antes haber vivido largos años en París. Él ha venido hilando sus versos con paciencia y ahora, en su mejor madurez lírica, los acopia para que aprendamos, entre otras cosas, la difícil técnica del soneto y, lo que yo más valoro, el temple de la fe que no se desvanece tras el fervor y la loa grandilocuente. Les expongo tres sonetos dignos de la mejor antología de poesía a Dios dedicada. HAZME BUENO Hazme bueno, mi Dios, que no me aparte de tu mano tendida de ternura en esa noche interminable, oscura, donde a la parca vi desafiarte. Tengo miedo, mi Dios, de no encontrarte si la vida me engancha y me tortura y la sangre me enciende la locura de caminar sin Ti, a cualquier parte. Que mis ojos se cieguen y el camino lo haga sin tu amor, y que el destino me dé la soledad, y desamado yerre en mis pasos sin hallar tus ojos. …Cuando al final te lleguen los despojos, abraza mi dolor y mi pecado. NIEVA EN MI CORAZÓN Nieva en mi corazón, y la alborada va cuajando pupilas cielo a cielo. Palomar del amor, amor en vuelo revolando en mis ojos tu llegada. Diciembre en el portal, de madrugada, con la esperanza en flor mientras desvelo el sueño recostándose en mi anhelo, y el alma, siempre el alma desvelada. Nieva en mi corazón, y la alegría aletea en el pecho y crece el día hasta el azul inmenso, inmaculado. Una hoguera de abrazos encendidos brota en mi corazón; son los latidos campanadas de Dios en el costado. NO IMPORTA, SEÑOR… No importa demasiado si la queja se suicida en mi huerto cada día. No importa si te llamo y no respondes. A veces me conformo con la curva que me sale a deshora en el camino. He crecido en un páramo de ausencias y he madrugado la razón de amarte. Me sabe todo a ti desde la aurora. Me sabe todo a ti desde la nada y aletea en el árbol de mi pecho encendido el amor, volcanizado, donde vive sin ti, contigo siempre. Esta vida no deja de morirme. Y tanta luz para buscar la noche. [imagen TOP PORTADA] A MODO DE EPÍLOGO Magnífico poeta y magnífica persona (unidad no tan usual como se cree), Valle Alonso merece salir del eclipse o velamen impuesto sobre aquellos que se permiten respirar lo eterno y seguir el camino poblado de infinitos y del Verbo que no enmudece. Yo lo aplaudo sin ambages. Y admiro la poderosa seda de sus palabras. Él tiene entre sus ancestros poéticos preferidos a aquellos “del Amor sangrando el alma”, como Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Claudio Rodríguez, Andrés Quintanilla, entre otros. Entre sus poemarios publicados podemos destacar: Luz y tinieblas (1976); Marchito rosal (1979); La soledad (1987); Hacia la luz desnuda (1994); Primavera íntima (1997); Bajo el puente de Cronos (1999); La espiral del sueño (2006), El color de la fiebre (2011); Temblor de sombras (2011) y Volcán de los deseos (2011). Ha obtenido numerosos premios y reconocimientos, como el Premio Nacional de Poesía Jorge Manrique, el Premio Nacional de Poesía del Ateneo de Valladolid o el XXVIII Premio Internacional de Poesía “Justas Poéticas Castellanas”, por citar algunos. De él, y de los lectores de la buena poesía a Dios dedicada, me despido. No sin antes ofrecerles un ‘postre’ exquisito: PARA LLEGAR A TI Hoy he amanecido cara al viento llenando los caminos de campanas para llegar a Ti. Hoy se agrandan las albas de noviembre ya en el horizonte hasta los ojos para llegar a Ti. Hoy revuelan las nubes las alturas, algodones de besos la mañana para llegar a Ti. Hoy he buscado yo donde mi pecho esta cita de amor acurrucada para llegar a Ti. Hoy tengo ardidos los labios, dulce hoguera, para llegar a Ti. Imprimir TAGS Por El último Adán Alfredo Pérez Alencart Poesía Valle Alonso 3 COMENTARIOS Si quieres comentar o Araceli Sagüillo 28/11/2012 02:14 h 3 José Antonio Valle Alonso es un poeta hecho de sueños, en esos sueños descansa su voz, una voz serena siempre verdadera. En esta tierra castellana está, precisamente, la respuesta a todos sus libros, en ellos se encuentran versos blancos y sonetos perfectamente construidos, donde afloran metáforas que sólo este poeta sabe transmitir. Poesía hecha al sol y al viento, veredas que se asoman al asfalto y lo muerden. Poesía clara donde se aprecia la sensibilidad profunda de este poeta. Boris Rozas 19/07/2012 00:36 h 2 José Antonio es un grande, en todos los sentidos. Le tengo por amigo y maestro, un ejemplo para los que venimos por detrás. La grandeza del ciprés reside en su corazón perenne, eterno. Enhorabuena, Alfredo, y enhorabuena, José Antonio. Tu poesía es luz y tiempo ganado. Lo dicho, muy grande. Juan Ángel Torres Rechy (Salamanca) 16/07/2012 01:33 h 1 La encarnación adánica de nuestro Alecart me recuerda una pintura al óleo holandesa, ahumada, con un cruce de luces de cantos renanos, casi imperceptible, amador del mundo como una nube en su regazo. Valle Alonso parece un puñado de temblor de imperios. Una locura enhechizada. Un paraje maravillosos e increado donde nuestro cordero liba la miel de su espíritu. Una ventaba abierta a la región más transparente donde las cavilaciones se pierden en el arrobo de la luz. No se podía esperar menos de la mirada de Alencart, uno con el alma poética del vate castellano.
Leer más: http://protestantedigital.com/magacin/12792/J_M_Valle_Alonso_o_de_como_ensentildear_el_Corazon

lunes, 21 de julio de 2014


El sábado 28 de junio tuvo lugar el recital poético en los jardines románticos de la casa de José Zorrilla en Valladolid, la presentación corrió a cargo de Ángela Hernández encargada de las veladas literarias en la casa de insigne poeta, los poetas Araceli Sagüillo, José Antonio Valle y Santiago Redondo leyeron poemas de sus poemarios recientemente publicados, "DESDE ENTONCES" "LA OTRA ORILLA" Y "LABERINTO DE INERCIAS", con un público entregado a la emoción lírica de los versos y agradecido con un cálido y prolongado aplauso a la terminación del recital.
(8 fotos)

Poetas de Castilla y León: Sagüillo, Valle Alonso, Redondo, ...El pasado 11 de junio, a las 19:00 horas y en el Aula Dorado Montero del Edificio Histórico de la Universidad de Salamanca, se realizó la presentació...

    • José Antonio Valle Alonso
  1. Ayer, 21 de junio, velada poética en el Museo López Berrón, en Gotarrendura (Ávila), con la presencia de poetas y lectores de Castilla y León, Verónica Amat, Araceli Sagüillo, José Antonio Valle Alonso, Ángeles y Xenaro Ovín, Javier Sánchez, José Pulido, Jacqueline Alencar, José Mª Muñoz Quirós, Pilar y Alfredo Pérez Alencart. Y todo por el buenhacer de los anfitriones, Rosa y Eugenio López Berrón.
    Foto: Ayer, 21 de junio, velada poética en el Museo López Berrón, en Gotarrendura (Ávila), con la presencia de poetas y lectores de Castilla y León, Verónica Amat, Araceli Sagüillo, José Antonio Valle Alonso, Ángeles y Xenaro Ovín, Javier Sánchez, José Pulido, Jacqueline Alencar, José Mª Muñoz Quirós, Pilar y Alfredo Pérez Alencart. Y todo por el buenhacer de los anfitriones, Rosa y Eugenio López Berrón.

lunes, 19 de mayo de 2014


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Tres poetas que hablan de amor, de dolor y de todo lo que envuelve sus vidas

FERIA DEL LIBRO

Tres poetas que hablan de amor, de dolor y de todo lo que envuelve sus vidas

Araceli Sagüillo, José Antonio Valle y Santiago Redondo presentaron sus últimos poemarios

01.05.14 - 20:06 -




Tres poetas que hablan de amor, de dolor y de todo lo que envuelve sus vidas
Los poetas Santiago Redondo, Araceli Sagüillo y José Antonio Valle. / H. Sastre

Los poetas del grupo Sarmiento, Araceli Sagüillo, José Antonio Valle Santiago Redondo, presentaron ayer sus últimos poemarios, en los que expresan emociones personales, vivencias compartidas, amor y dolor y una fe inquebrantable en las letras para superar todos los inconvenientes y también disfrutar la felicidad que la vida la vida va poniendo en sus caminos. Los tres son responsables, junto a otros poetas del grupo, de las citas Viernes del Sarmiento.
'Desde entonces' es un libro hecho desde el año 2007 al 2010 por Araceli Sagüillo, «totalmente personal, con una sencillez clarísima, como es mi poesía siempre, porque no admito ningún tipo de cosas extrañas». Asegura que en la segunda parte expone « un viaje que defino con los ojos cerrados, es poesía con los ojos cerrados. Al final del libro se adivina lo que ha sido el final de ese viaje, hay que leer el libro, por supuesto para saberlo, que es el quid de la cuestión».
Califica su poesía como «sencilla, que es como me gusta y la que me gusta leer. Que además haya mucho interior en ella y que haga pensar. Para mi eso es la poesía, no decir palabras extrañas ni raras, sino que en la sencillez está todo, tanto en novelas como en poesía. Que no tenga artificios ni en el lenguaje ni en nada».
En cuanto a sus proyectos, se aferra a la « esperanza» y señala que el día 23 «entregaremos el premio que hemos creado entre Carlos Aganzo y yo. Está pensado en alguien que se ha ido, que ya sabéis todos, y es mi mayor ilusión».
José Antonio Valle presentó dos poemarios. 'La otra orilla', «bálsamo para la herida abierta, un poemario arrancado a los momentos que te hacen sangrar la vida y nace en los poemas entre las garras de las tinieblas. Es amor, paz, pena. La poesía no tiene hora ni lugar, llega y se hace luz, vida en el tiempo. Callar es el olvido, el verso es renacer a la vida y al amor».
Considera que todo en su poesía «es amor, en la mayoría lírica y lo más honda y cálida que pueda ser. También emotiva, porque si no hay emoción, para mi no es poesía».
Su segundo poemario 'Y tanta luz para buscar la noche',  es una antología de sus primeros cuatro libros, «dos escritos en París y dos en Valladolid». En el primero refleja «la fuerza de la juventud, la primavera de la vida». El segundo «es una elegía a mi madre muerta»; el tercero se refiere a «Valladolid, a la soledad», y el último tiene como recuerdo «la patria chica que es mi Castilla».
Santiago Redondo considera que su poemario 'Laberinto de inercias' «es una especie de recorrido vital por la vida, no es otra cosa que el mundo, las distintas etapas de la existencia humana, más o menos personalizadas en mi caso, porque la poesía trasluce muchas ideas del propio autor y otras que son meramente inventadas».
En ese recorrido vital, hay distintas etapas, la infancia, la juventud y la madurez «con dos hilos conductores como son el amor humano y el sentido crítico hacia una sociedad que en estos momentos nos maltrata y malea por todos los lados. Hay una crítica velada en los versos a todo este tipo de cosas. A fin de cuentas, la poesía es una manera de gritar en el papel».
Su poesía trata de ser «culta, sin cansar, a veces con un vocabulario escogido, pero que está en mi. Ante tanto anglicismo, tenemos un vocabulario muy rico que no tiene que ser tan simple y elemental como para que lo entienda la gente sin más. El esfuerzo en el diccionario tampoco es malo».