viernes, 27 de diciembre de 2013

Del poemario "LA SOLEDAD"

PARA OLVIDAR LA HERIDA
Eclosión de sonrisas verdecidas
hilando la mañana de tus manos;
esperanza de amor, por amor danos
una flor del laurel a nuestras vidas.

Un racimo de estrellas descendidas
hasta el volcán dormido en los arcanos.
Y trocar en palomas los milanos
que devoran las almas encendidas.

Y hasta al silencio quieto de las cosas
reparte tu niñez. Y hasta en las rosas
si puede ser aún más, más hermosura

para olvidar la herida en el costado,
y a cada paso de dolor sumado
podamos despertar a la ternura.

miércoles, 27 de noviembre de 2013


A MI MADRE, YA AL OTRO LADO DEL SUEÑO
Y a todas las madres amigas mías, que lo sois todas.

HE DE SALIR AL CAMPO OTRA VEZ , MADRE

Es el mes de las flores
y yo también he de coger un ramo;
pero no cultivadas para ofrenda.

He de salir al campo
como cuando era niño, ¿no te acuerdas?
La margarita pobre: la gamarza.
Amapolas sangrando.
Y esa flor amarilla,
pamplina me parece que es su nombre,
y es luz en los trigales
al remolino en brazos de la brisa.

Y otras flores al paso
completaban mi mano,
que con fervor de niño te ofrecía.

¡Qué alegrías, sin pinchos en el pecho!

El corazón de amor golpeó a prisa.

He de salir al campo otra vez, ¡madre!
Y he de llevar tu soledad, que es mía.
Y vamos a buscar las mismas flores;
¡Bueno, no! no las mismas.

Pero no importa, madre,
pues tu sonrisa sí, es tu sonrisa,
que florece de nuevo ante mis ojos.
Primavera de ti vuelve deprisa.
Que se aclara tu voz en mis oídos
y en mis pupilas prendes tus pupilas.
Y el manantial de ti se crece arroyo
por el barbecho encinta de mi vida.
Las márgenes regadas con tu ausencia,
senderos de tu huella siempre viva.

He de salir al campo otra vez, madre.
Es el mes del las flores: nuestra cita.

Del poemario "El color de la fiebre"

ELLA

I

Vestida toda de negro,
de negro hasta la mirada.
Por el camino a la sombra,
¿no la veis cómo se avanza?
Envuelta con un pañuelo
lleva escondida la cara,
-negro- cual de negro toda
vestida, casi apagada.
Y va cargada de sueño,
apoyada en la nostalgia.
No tiene a que se le vea
de tanto dolor sembrada;
que el arado de los años
endurecido surcara.
A veces se para y piensa:
“¿Adónde van mis andadas?”
Va llena de soledad
y en el pecho lleva en llagas
el bien que a siempre perdió:
Soledad acompañada.
Y ya sus ojos no lloran,
ya no le quedan más lágrimas.
También el lloro perdió,
nadie puede consolarla.

II

Va abrazada de su ayer,
su vida ya trasnochada,
y con ella va su mundo
sin presente y sin mañana.
Va contando sus memorias
que ya se le acercan raras.
Va columpiando su cuerpo,
¡que no, derecha no marcha!.
Parece cual si sus brazos
la llevaran abrazada.
Se va con su vida llena
de vacíos en el alma;
¡su vida!, que a cada paso
se esfuerza por levantarla.
Apenas ya se divisa
en las sombras –negras sábanas-,
y yo me quedo sembrando
lágrimas con la mirada.
Confundidas imagino
dos noches en una cama,
dos abrazos en un cuerpo,
y una niña en una anciana.

III

Hay un ¡ay! que el viento rompe,
lamento que se desgaja
de unos labios que han sellado
de silencio las palabras:
palabras que el eco duerme
perdido ya en la distancia.
Hay un paseo olvidado
donde fuera su morada,
cubierto de zarzamoras
nacidas entre las tapias;
rizadas en las mimbreras
que pueblan hasta hontana
donde saciaran su sed
las primeras alboradas,
cuando buscaba azucenas
en las primaveras blancas.
Y se vestía de flores
el valle . Trenzó guirnaldas
y jugó con margaritas
el amor a cruz o cara.
¡Color de pozo sin fondo
el fondo de su mirada!

IV

El arroyo corre y corre,
aquel donde se peinara;
donde vio pasar la vida,
donde enjuagaba sus lágrimas,
donde las mejillas nieve
se tornaban encarnadas.
Donde se soñó amapola
en un trigal de esperanzas.
Tal vez el arroyo aquel,
tal vez la guarde en sus aguas
al paso por los tapiales
donde buscó rosas blancas,
donde la copió, celoso
del paso que la rondaba.
¡Aquella niña de sueños
color de cielo y con alas,
aquella niña morena
que se ha vestido enlutada!
¿O a lo mejor es el Duero?
¡Ay Duero! ¿ Por qué te callas?
¡Si la copiaste hecho lirio
hendido en las espadañas!

V

No me la lleves al mar,
que nunca más regresara;
que sólo sabe el camino
de agua dulce enamorada.
Déjamela en la meseta,
en las márgenes doradas
por el sol de mediodía,
entre tomillos y jaras;
en estos páramos mares,
de estas tierras castellanas
donde amor se multiplica
al calor de la solana.
Y cuando el invierno arrecie
y tienda un manto de escarcha,
nunca falte una avecilla
que extienda al cielo sus alas.
¡Déjamela en estos llanos
que en oración se levantan!
Y soñando primaveras
tal vez la sorprenda el alba.

VI

¡Déjame sus penas todas,
que ya no puede cargarlas,
que se ha parado el reloj,
ay que la noche no pasa,
ay que se queda dormida,
ay que se me ha roto el alma!
¡Ay que lleva mucho, mucho,
mucho ayer abandonada!
¡Ay que de la noche he vuelto
a su camino a guardarla!
¡Que nadie me la detenga,
que nadie a su paso salga!
Que si de sueño se cae,
yo le serviré de almohada.
Y si no puede seguir,
yo le prestaré mis alas,
y en el hueco de mi noche
mullida su cama aguarda.
¿No la conocéis? ¡Silencio!
¡Silencio! ¡Sólo miradla!
Y comprenderéis quien es
viéndola toda enlutada.

VII

Ya toda entera hecha sueño.
¿Es que no veis cuando pasa?
¡Ay que ha dejado el camino
marcado de sus andadas!
¡Dejadla, no la turbéis!
¡No la despertéis, dejadla!
Que esta noche es mucha noche;
sueña con sus rosas blancas.
Y yo sueño con palomas
que van volando distancias
para llevarle el romance
que estoy versando con lágrimas.
Esta vez me quedo solo,
está anocheciendo el alma;
me voy a quedar dormido
a ver si puedo alcanzarla.
Es mi… ¡silencio, silencio!
¡silencio, silencio, calla!

miércoles, 13 de noviembre de 2013


  1. Del poemario "VOLCÁN DE LOS DESEOS"
    XXIX
    ERA VOLCÁN, Y ÉRAMOS LA LAVA


    Ya estábamos allí antes del alba,
    sólo hicimos que andar, seguir andando;
    pero esta vez sobre la misma huella,
    tus pasos y mis pasos un destino...

    Ya estábamos allí, en la retina,
    allí donde el amor siempre era sueño,
    allí donde la noche se apagaba
    y era todo silencio, era sombra.

    Ya estábamos allí, éramos nido,
    ya éramos amor sangrando lunas
    desde los tiempos de la voz sin nombre.

    Ya estábamos allí donde la nieve
    encendió las pisadas, donde el beso
    era volcán, y éramos mañana.

viernes, 11 de octubre de 2013




Queridos amigos .
Comenzamos el nuevo curso 2013-2014 en los VIERNES DEL SARMIENTO, si os viene bien y queréis pasaros a acompañarnos será un placer contar con vuestra presencia.
La entrada como siempre es libre.

PROGRAMACIÓN:

Octubre 2013
Viernes 11 – Luis Marigomez
Hablará de sus poemas y su narrativa

Viernes 18 – Armando Manrique Cerrato
Presentación de su libro “Hombre al sol”

Viernes 25 – Soledad Mulas
“La fragilidad del barro”
Antología poética

Noviembre 2013
Viernes 8 – Carmen Quintanilla
Presenta su libro “Revoltijo poético”

Viernes 15– Airma Selegna
Lectura de su libro “Quebradas alas”
Rapsodia

Viernes 22 – Claudio Aguiar
Presentación de su novela “Caldeirao”
Traducida por Alfredo Pérez Alencart

Viernes 29 – Carlos Frühbeck Moreno
Presenta “Antología de sus poemas”

Diciembre 2013
Viernes 13 – Dativo Velasco
“Antología y lectura de sus libros”

Viernes 20 – “Grupos Sarmiento y Juan de Baños”
Lectura de poemas.
 
 

martes, 8 de octubre de 2013


NOCTURNO
        Fragmento  
Así, sin más vestido que la sombra
en la hora del sueño, con olor a cansancio
y la mirada corta. Sin alba en el camino
me he parado a esperarte.

Así, como jugando con la pena en el nido
mientras le crecen alas. Octubre está cruzando
el río tras los árboles, y se queja el silencio
al despertarle el agua.

Y me llega a la linde de la melancolía
una cita olvidada y un abrazo vacío
desde ayer para siempre.
Y te sigo llamando porque sé que mañana
madrugaré los ojos, para verte dormida
en el mármol sin luna...

Del poemario “El color de la fiebre”


HOY COMO AYER

Hoy como ayer la noria de la vida
sigue haciendo la ronda.

Y en mi jardín de sueños
han vuelto a florecer las violetas,
flor de mi infancia.

Hoy como ayer donde los olmos,
sigue su curso la memoria,
y el agua del arroyo pasa,

pasa lentamente delante de mi puerta,
y los ojos se llenan de nostalgia
hasta la luna,
y vuelan
avecillas al alba.

Y el arroyo, los olmos, las violetas,
han vuelto a florecer esta mañana.

Hoy como ayer mi Lidia ha vuelto
a llenarme de alegría las entrañas.

Hoy como ayer y siempre,
temprana flor de mi alma.
— en La Vega, 10 de marzo de 2013.

Jose José Antonio Valle Alonso, presenta el libro de Máximo Cayón, "Gradería de la Gloria", en el Viernes del Sarmiento, el 15/03/2013
Entre dos aguas me pierdo,
se pierde aquí mi sendero.
La dulce la quiero dulce,
y la salada la quiero.
Las quiero, cuánto las quiero.

Del poemario "La Espiral del Sueño"

SIEMPRE

Siempre por primavera al primer grito
se me saltan las lágrimas del alma
para calmar la sed de tanta espera,
para volver a mí, retrocedido

al espejo del agua en el arroyo,
a los días azules de la infancia.
Siempre por primavera al primer sueño
aparece una voz, una llamada

que recuerda que existes, que estás vivo,
que hay otra vez, otra sonrisa niña
crecida en el amor inmarchitable

del corazón herido, rebrotado.
Siempre por primavera en el recuerdo
oigo el tañido en flor de la campana...
  1. Del poemario "Volcán de los deseos"

    Eternamente amor en nuestros labios.

    Dame la mano, amor, pasemos juntos
    el umbral de la noche, los dos solos
    hacia esta oscuridad de lejanías
    donde la soledad tiende sus alas.

    Donde podamos ser donde el olvido,
    donde el amor eternamente queda
    en la absoluta levedad del tiempo
    más allá de la estela de los astros.

    Dame la mano, amor, llega conmigo
    al infinito anochecer, al sueño
    de sabernos los dos eternamente

    en la rueda del mar de la locura
    donde queden selladas las palabras:
    Eternamente amor en nuestros labios.

OJOS DE NOCHE

Ya estás aquí, ya estás aquí de vuelta,
ojos de noche profunda...,
allá donde la luz, pavesa de la nieve,
alza el vuelo por el cosmos del alma enamorada,
hasta la niña febril de los albores,
primavera encendida
en la hoguera del manantial en flor de la ternura,
ascua del alma... fragua de la vida.

Ya estás aquí y vienes de encender una hora cualquiera
para calentar el temblor que se acerca a mis manos.
Hoy te siento más adentro que nunca,
más mañana que siempre,
más ahora mismo, eternamente ahora,
más, más, más hasta entrar en el tiempo
por el fanal de tu mirada.

Ya volaron las nubes a la región de los recuerdos
donde de cuando en cuando vuelven a visitarnos
con un ramo de melancolía
para poner en el búcaro de los deseos.
Ahí junto al amor inmaculado,
ese amor que se guarda en la cabecera de los sueños
y que a veces, a veces le crecen alas...
y te dejas llevar hasta el olvido....

Mi Toñi, vengo de verte aparecer:
El jardín ya ha florecido.
En la Vega, 18 de abril de 2013.
o

Este poema de mi libro "La Espiral del sueño" lo escribí en la tarde-noche del 23 de abril de hace ya algunos años, con mi padre recién fallecido. A su persona y a su memoria se lo tengo dedicado.

EN LA PENUMBRA

Hoy ha llegado a tientas la memoria
para no despertarte, te has dormido
con el beso apagado entre los labios.
Ya en flor la primavera, desprendida

de la última helada. Ya la lluvia
se adentra en el regazo de la tierra.
Y tú ya te has rendido al dulce sueño,
ya todo luz sujetas el abismo,

la inmensidad del tiempo en la retina.
Los cimientos del alma te han temblado
y un repaso fugaz hasta los ojos

te ha arrancado la pena de la boca.
Y al caer de la tarde, en la penumbra,
un silencio cansado se ha hecho muerte.

De mi poemario “La espiral del sueño”

EL CORAZÓN DE PÁJAROS

Confundida la tarde se ha quedado
entre las sombras de mis pensamientos
y remolina el sueño las distancias
tempranas del dolor ya anochecidas.

Y he salido con Venus al camino
para alargar recuerdos en mis pasos
y bajo el cielo mate se columbra
un racimo de pétalos de estrellas,

una ilusión creciendo las pupilas
y una noche dormida en la ventana.
Volvemos hacia casa con la lluvia

y en sus ojos de miel he comprendido
que agavilla mi amor para su hoguera
y, ha encendido el corazón de pájaros.

NOCTURNO
Ojos Azul-violeta

Desde el color de los sueños
hasta el umbral de mis puertas
hay un paso de ternura,
hay una noche entreabierta,
hay el insomnio que ronda
los delirios del poeta.

Hay unas nubes que pasan
de prisa, negras, muy negras.
Eclipses del alma sola,
enferma de noche, enferma.

Hay los aullidos del miedo
llamando a la luna llena.

Por los oteros del Orbe,
Ojos Azul-violeta,
destellos de la alborada,
se acercan a mí, se acercan.

Y la mañana se enciende
un día de primavera...

Que sin quimera...,
que sin quimera...

La Vega, la noche del 27 de abril de 2013.